Mamoplastia de aumento con injerto de grasa autóloga o propia

El aumento de pecho sin prótesis, sólo con tu propia grasa.

En este tipo de aumento de pecho nos permite restaurar el volumen y contorno de las zonas afectadas. Al utilizar tu propia grasa, o sea un tejido propio o autólogo, se elimina el riesgo al rechazo o a la incompatibilidad.

Mediante es posible transplantar el tejido graso propio desde una zona donante (por ejemplo el abdomen, las cartucheras, los flancos, la cara interna de muslos o las rodillas) a una zona receptora (mamas, glúteos, cara, etc.) obteniendo una mamoplastia o aumento de pecho más natural.

La técnica de lipoestructura ® fue patentada por el Dr. Sidney Coleman, cirujano plástico afincado en la ciudad de Nueva York (Estados Unidos), en 1997, o sea hace ya más de 20 años.

En nuestro equipo concedemos mucha importancia a la técnica para el implante de la grasa con el fin de ofrecer las mayores garantías para la supervivencia de la grasa en la zona receptora.

Con este principio, podemos alcanzar un mantenimiento del volumen conseguido, logrando que la cantidad de grasa que se reabsorbe sea la menor posible y que se mantenga a largo plazo la mayor cantidad de grasa posible tras la lipotransferencia. Para ello usamos tanto el ya mencionado método Coleman como el novedoso sistema de purificación del tejido graso Puregraft.

Procedimiento del Aumento de pecho con grasa propia

Para la obtención del tejido graso, y su posterior implante, se precisa de una anestesia local de la zona junto con una sedación ligera del paciente o una anestesia general dependiendo, lógicamente de cada paciente y de la cantidad de grasa que precisemos en cada caso.

Como hemos reseñado antes, las zonas donantes más frecuentes son: abdomen, trocánteres (cartucheras), flancos, cara interna de los muslos y rodillas.

Previa desinfección de las zonas a tratar con Povidona Iodada o clorhexidina, procedemos a la obtención del tejido graso, de forma muy selectiva, mediante aspiración con una pequeña cánula (menor de 2 mm de diámetro) de punta roma o redonda. Esta cánula va unida a una jeringa especial con presión negativa baja pero la suficiente para aspirar y no dañar las células grasas liposuccionadas.

Una vez concluido este proceso, el tejido graso obtenido es centrifugado para conseguir separarlo en tres estratos. De esta forma obtenemos el aceite (ácidos grasos), la grasa pura (que será la que infiltraremos) y los fluidos anestésicos y la sangre, que por su mayor densidad quedan ubicados en la parte inferior.

Para evitar que la grasa se reabsorba en gran medida y que los resultados sean duraderos, la infiltración del tejido graso se realiza de forma intramuscular y subcutánea a través de incisiones muy pequeñas, cerca del área a tratar.

Tras finalizar el implante del tejido graso, procederemos a la inmovilización de la zona tratada entre 7 y 10 días, mediante un vendaje de esparadrapo de papel, o con la utilización de fajas de compresión postoperatorias.

En la mayoría de estas mamoplastias sólo es necesaria una sesión , aunque en ciertos casos se requiere más de una para conseguir el resultado deseado, sobre todo en aquellos casos en que se precisan grandes volúmenes de tejido graso.

En una sola sesión se puede ganar una copa, si bien sabemos que cuando repetimos el procedimiento se puede ganar más volumen ya que el tejido graso se injerta en una zona que ya tiene tejido de la misma clase por lo que la zona receptora acepta mejor el tejido graso implantado de nuevo y hay menos reabsorción.

Los cambios de peso, al tratarse de un injerto vivo pueden afectar a la zona tratada, pudiendo perder volumen si se produce un adelgazamiento del paciente o un aumento de volumen si se produce una ganancia de peso.

No existe ninguna relación conocida entre el trasplante de tejido adiposo o graso y el cáncer . Puede ocurrir que se produzcan pequeños quistes de grasa o calcificaciones microscópicas sin significado patológico.

Siempre hay que hacer una mamografía antes del procedimiento y otra pasado un año de la intervención para evaluar los cambios.

El pecho resultante tras esta intervención es muy natural.

Esta técnica nos permite corregir asimetrías en la forma de la mama (por ejemplo, una mama tuberosa).

Lo que no aporta el tejido graso es proyección, sí conseguimos un aumento de la mama al distribuir el tejido graso por toda la mama. La principal diferencia entre la mamoplastia de aumento con prótesis y la mamoplastia de aumento con tejido graso autólogo o propio es que con el implante o prótesis sí conseguimos un aumento de la proyección ya que la prótesis “empuja” la glándula mamaria hacia el frente mientras que con el implante de tejido graso o adiposo conseguimos un aumento de volumen de toda la mama.

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